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martes, 25 de abril de 2017

CUANDO LA CONVIVENCIA VA SEPARANDO A LA PAREJA (DIFERENCIAS QUE GENERAN FRUSTRACIONES AMOROSAS I) / WHEN COEXISTENCE IS SEPARATING TO THE PARTNER (DIFFERENCES THAT GENERATE AMUSING FRUSTRATIONS I)

Hay muchas parejas, de todas las edades, que tienen una relación previa a la convivencia cotidiana que ellos mismos califican como positiva en todos o en múltiples aspectos y que es la que hace que den el paso definitivo a vivir bajo el mismo techo.
Pero ese vivir bajo el mismo techo pasa a ser cada vez más, paulatinamente, otro tipo de relación, muy diferente a la existente previamente. Porque ya intervienen otro tipo de factores que antes no se daban, que no existían.
Quizás, por éso mismo, hay cada vez más personas en la actualidad que prefieren tener relaciones amorosas en las que cada cual vive independientemente en su propio domicilio. Prefieren "el encuentro mutuo concertado" que no la convivencia "con todo lo que ello acarrea" (con sus respectivos roles, obligaciones tácitas presumibles, etc.).
Prescindir de todo "lo poco grato" y sí tener "todo lo bueno e interesante". Entretenimiento, deseo, pasión...

HAY QUIEN DICE QUE "LOS POLOS OPUESTOS SE ATRAEN"...
Seguramente será muy interesante y positivo para tener una atracción instintiva, para "pasar el rato" con todo tipo de contenidos que acuerden las personas que se relacionan, pero no es nada útil ni acertada dicha frase para que nos sirva de guía a la hora de buscar/encontrar a otra persona con quien llegar a tener una convivencia cotidiana prolongada en el tiempo, bajo el mismo techo...para formar "una familia"...Y mucho menos si a ello se le suma el factor negativo de tener que convivir bajo el mismo techo, en las mismas dependencias, que los padres de cualquiera de ellos: una cosa es "encontrarse un rato" y otra muy distinta es la convivencia continuada en el tiempo.

El psiquiatra Camilo Umaña Valdivieso, en una entrevista publicada en el diario "La Vanguardia" de Barcelona, en fecha 2 de marzo de 2012 (http://www.vanguardia.com/vida-y-estilo/galeria/146040-o-muy-parecidos-o-mejor-polos-opuesto) habla claramente sobre el tema:
"Esas diferencias se convierten en incompatibilidades y hace que con el tiempo salgan a relucir en toda su dimensión y se generen conflictos. Si a los dos les gustan cosas diferentes, entonces alguno se tiene que sacrificar, y uno se queda solo y aburrido porque tiene que hacer actividades por separado. Si el parecido es en gusto y similitudes en su forma de ser como personas, podemos predecir que van a ser felices en la convivencia, el poder compartir la cotidianidad sin tener dificultades para la toma de decisiones y actividades cotidianas.                
Si la diferencia está en formas de personalidad y se sienten que las decisiones y actividades no pueden ser tomadas por tener criterios muy diferentes, podremos predecir que su vida cotidiana será ceñida por los conflictos"
Por su parte, la psicóloga Maritza Gabriela Otero, en esa misma entrevista, nos dice que cuando hay diferencias y "no estás dispuesto a cambiar, la relación tiende a fracasar".

El filósofo Paul Hudson ha dejado escrito lo que considera que es el amor, como algo muy diferente del enamoramiento (http://www.biobiochile.cl/noticias/2014/10/27/filosofo-expone-las-10-diferencias-entre-estar-enamorado-y-amar-de-verdad.shtml):
“No sólo quieres, necesitas a esa persona. La necesitas para vivir una vida feliz y saludable, debido a que tu felicidad depende literalmente de él/ella (...) Necesitas que él o ella sea parte de tu vida de una forma u otra, no porque quieres ser dueño de un pedazo de esta persona, sino porque quieres darle un pedazo de ti mismo; amar a alguien es considerar que esa persona es digna de ser dueña de una parte tuya (...) Amar a alguien no se trata tanto de las emociones, se trata más de los pensamientos (...) pensar en alguien, desearle lo mejor, hacer lo posible para que él o ella sea feliz y cuidar a esa persona tanto como a ti mismo, eso es el amor (...) El objetivo que tenías ya no existe porque ya lo has alcanzado (...) Lo único que puedes hacer es seguir reforzando lo que ya tienes (...) no sólo es comprender que lo que tienes es todo lo que necesitas, sino que tienes ganas de fortalecer ese vínculo de manera indefinida"

ALGUNAS DIFERENCIAS ESENCIALES ENTRE LOS MIEMBROS DE LA PAREJA: 
1) EL VACÍO EMOCIONAL EN ALGUNO DE ELLOS
El psicoterapéuta Robert Weiss, en uno de sus análisis sobre las principales causas por las que se llega a la infidelidad  por parte de alguno de los miembros de la pareja, tanto en hombre como en mujeres, nos dice que una de las razones es " (que la pareja) no le aporta el suficiente amor, el tiempo y la atención que considera adecuadas (...) el sexo y el romance se utilizan para llenar un vacío emocional"
(El Confidencial, 26 de junio de 2012, http://www.elconfidencial.com/alma-corazon-vida/2012-06-26/los-once-motivos-que-nos-conducen-a-la-infidelidad_502305/)

La psicóloga Lidia García Asensi nos dice sobre el vacío emocional (https://psicologiaymente.net/clinica/vacio-emocional#!):
 "Se trata de un vacío que se convierte en una sensación muy dolorosa y un gran sentimiento de soledad, y es que sientes que hay algo que necesitas para sentirte completo, pero que quizás no sepas qué es, y ese algo es una necesidad de cariño y aprobación (...) Muchas personas combaten este vacío de distintas maneras pensando que así podrán completarse (...) Las causas del vacío emocional acostumbran a ser varias,afectando todas a la vez a nuestras expectativas y creencias. Quizás cuando fuiste pequeño no recibiste el afecto que necesitabas, o quizás viviste muchas peleas abrumadoras en casa o no sentías que se validasen tus esfuerzos y resultados. O quizás viviste una pérdida o vínculo afectivo que para ti era importante (...) yo puedo tener una pareja con la que me encuentro a gusto y me quiere, pero quizás la relación no me satisface y puedo sentirme solo y vacío por ello.
Es por ello, que en ocasiones buscamos esto que nos falta en mi relación de pareja actual en otra persona, pero sin ser capaces de desvincularnos de nuestra pareja (...) Muchas veces miramos a otro lado o hacemos oídos sordos a este vacío porque no queremos toparnos con la realidad por la que nos sentimos de este modo, provocando una gran dificultad para mantener nuestro bienestar emocional."

Puede pasar, incluso, que uno de los miembros de la pareja tenga una sensibilidad muy elevada o un alma muy evolucionada, algo que no es tratado por los especialistas en psicología/psiquiatría, pero que sí podemos llegar a considerar por quienes tenemos muy en cuenta el elemento espiritual de las personas, su alma/energía vital/esencia de vida/como le quieras llamar: puede darse una diferente capacidad/evolución espiritual entre los miembros de la pareja (bien ya de por sí desde que comienzan la relación amorosa entre ellos, bien a lo largo de las distintas etapas de su vida respectiva) que haga que esa necesaria intimidad psíquica/espiritual en su relación amorosa sea insatisfactoria para alguno de ellos.
A este respecto hace también referencia una segunda diferencia posible entre ambos y que a continuación señalamos:

2) LA DIFERENTE CAPACIDAD PARA AMAR AL OTRO:
Puede parecer que todos tenemos la misma capacidad (y, por tanto, también, en el fondo, la necesidad del otro, de recibir del otro, porque la relación amorosa es algo mútuo, compartido, de "ir"/darse" recíprocamente al/del otro) de amar al otro miembro de la relación amorosa, pero no es cierto: uno puede querer mucho más e intentar ser lo más consecuente posible con su forma esencial, intrínseca, de ser él mismo, de ser como en el fondo es, de ser como ha sido, es y será siempre en ése ámbito de sentir, de darse/recibir...¿y si el otro no tiene una actitud esencial, básica, hacia él que le permita a ese otro el poder ser, en el día a día, en la convivencia cotidiana, como quiere, como necesita ser, en ese ámbito fundamental como es el "hacer", sentir, vivir interiormente/exteriormente toda esa capacidad/necesidad de amar al otro?
Puede haber no sólo razones de tipo interno en el otro miembro de la pareja que impidan, imposibiliten, en el día a día esa capacidad/necesidad de dar/recibir más o mucho más amor, sino también razones de tipo externo, condicionantes de las acciones u omisiones del sujeto.
El psicólogo Walter Riso nos habla de esa especia de limitaciones "invisibles" al amor, de lo que él llama "Amores insípidos" (http://www.walter-riso.com/tag/relaciones-de-pareja/):
"Hay amores que son como un huevo sin sal: desabridos. Puede que el sentimiento exista, pero no se ve ni se siente. Se intuye, se presiente, pero no se evidencia.Un amor aséptico no necesita una cama, sino un quirófano. Es una flor cerrada que se ahoga en su perfume. Un capullo de clima caliente en clima frío. El amor requiere aire despejado, largas primaveras y buena temperatura ambiente. De no ser así, se arruga, se repliega sobre sí mismo y envejece.
El impulso afectivo debe moverse con libertad para no morir. Y no me refiero al sentir desbocado que lastima y enloquece, sino a la candela que necesita el amor para mantenerse vivo.
Un afecto timorato, amansado y moldeado por el hipercontrol, se parece más a un ordenador que a un ser humano (...) La racionalidad es la peor enemiga de la pasión.
Las personas que han hecho de la mesura sentimental una especie de virtud constipada, no solamente frustran a su compañero o compañera, sino que se autoproclaman en directores espirituales del buen comportamiento. Una cosa es el pudor natural que acompaña la experiencia amorosa, y otra muy distinta, la fobia a sentir. Es verdad que la ética del amor requiere una buena dosis de responsabilidad, pero también es cierto que el bloqueo indiscriminado del afecto destruye cualquier vínculo (...) el cariño nunca sobra. El acto de amar no conoce redundancias. Un “te recontraquiero” es mucho más seductor y placentero que un “te quiero” a secas. El escueto y tradicional “buen día” se magnifica cuando lo acompañamos de un abrazo y un pico mañanero. Un pellizcón al atardecer puede ser el preludio de las mil y una noches. Sacar espinillas, peinar canas, jugar con los dedos del otro, susurrar, murmurar, suspirar cara a cara y sobar, son notificaciones y recordatorios de que la relación está viva. Es preferible un amor barroco, con mayúsculas y letras góticas, a un afecto postmoderno, mezquino y de letra menuda (...) Una buena relación no permite la duda afectiva. Cuando el sentimiento vale la pena, es tangible, incuestionable y casi axiomático. No pasa desapercibido porque las miradas casi siempre nos delatan.  Es muy claro: si la persona que dice amarme vive “confundida”  y me acaricia cada muerte de obispo, la cosa está grave. Puede que me aprecie bastante, pero no creo que me ame.
¿Cuándo fue la última vez que te desmadejaste en los brazos de la persona amada? ¿Hace cuánto que no amaneces encalambrado, retorcido, anudado con las piernas del otro, sin almohadas y con tortícolis? El bienestar afectivo no es otra cosa que cariño al por mayor. Ese es el secreto: dejar salir el amor por los cuatro costados (en realidad son seis) hasta inundar la persona que amas. Lo demás viene por añadidura.
El ímpetu amoroso no puede silenciarse. Cuando se dispara, el organismo no cabe en su pellejo, lo implícito se hace explícito y el cuerpo, incontenible, se desborda en imprudencias. Y es precisamente ahí, entre el cataclismo hormonal y la comunión de dos, que el amor comienza a saborearse."